viernes, 19 de enero de 2007

Ya no es igual.

Un reporte de AP desde la Ciudad de la Habana presenta la situación cubana muy normal, con una dirección colegiada a la cabeza del gobierno presidida por Raúl Castro manejando de manera satisfactoria los asuntos que antes tenía Fidel Castro solamente,.
Con Cuba y los reporteros, pasa como con el marido cornudo, que es el último que se entera. Las agencias, al tener que regirse por las estrcitas normas del gobierno para hacer su labor en La Habana, están mayormente desinformadas; amen de que sobre ellas pende la salida expédita del país, al menor desliz informativo que cometan por no ajustarse a esas estrictas normas.
La realidad es otra; cuando el gato no está en casa, los ratones se divierten. A partir de ceder el poder temporalmente (¿que tiempo se considerará temporal en asuntos de estado?) Fidel Castro, se ha ido relajando el ambiente gubernativo de la nación. Más comilatas, más fiestas entre acólitos, rociadas con mucho whisky, y un desintéres en los asuntos que les competen. Ni aún las medidas tomadas por Raúl Castro poniendo el parche antes de que vaya a salir la gotera, han sido suficientes. Ya no está el omnipresente y atemorizador Comandante, que puede facilmente determinar el futuro de cualquier dirigente, y este puede ser hasta la carcel. Los cambios hechos por Raúl y el anuncio de recrudecer el control, ya de por si amplio y constante, no ha provocado el efecto deseado. La situación se encuentra en un impass o limbo, una expectativa pasiva del desenlace a todas vistas inevitable, impass para la población, no para los dirigentes, que respiran aliviados, al no tener la espada de Dámocles pendiendo sobre sus testas.
La mayoría de la población coincide que la situación económica, se encuentra peor que en los años del famoso período especial. Aumentando el control para evitar el robo, tan común y único aliciente de la economía del cubano común, se han visto disminuídas las posibilidades de agenciarse los medios mínimos de subsistencia, como resultado de robar al estado, del intercambio de influencias y otros males inherentes al sistema, dueño único de la mayoría de las empresas y mayoritario en aquellas con capital mixto. Por cierto, si Fidel decía que la emigración era económica, pues entonces, al ser el estado dueño de la economía, el estado es el culpable, l.q.q.d.
Muchos analistas, políticos, reporteros y otros, han hecho cálculos sobre el fin de la dictadura. Cuando en realidad, eso es algo impredecible, pudo haber sucedido en el 1994, puede suceder ahora, o mañana; pero si tengo claro que no va a suceder pasado mañana, será antes de esa fecha. Cuando Fidel Castro "estire la pata" al decir del cubano común, cesará el factor miedo, el terror a la represión, el mito habrá muerto con él; pues antes de hacer política, el ser humano ha de comer, vestir y calzarse, o algo como eso decía Karl Marx, y de cierto os digo, nadie ha estado tan falto de eso por un período tan extenso como los cubanos en Cuba, de manera que cuando al caballo se le quita el freno, comienza a pastar sin amo.